La calidad de la atención médica en América Latina es un tema que despierta múltiples interrogantes. Entre los datos más destacados, se encuentra que Cuba posee una notable densidad de médicos, con 84,3 médicos por cada 10.000 habitantes, cifra que supera la de otros países de la región. Sin embargo, este indicador no necesariamente se traduce en la excelencia clínica, sino que más bien resalta una fuerte inversión en la formación y el acceso a servicios de salud.
Por el contrario, países como Nicaragua y Honduras presentan cifras alarmantes, con menos de 10 médicos por cada 10.000 habitantes, lo que evidencia profundas desigualdades en la distribución de recursos humanos en salud. Esta disparidad subraya la complejidad de establecer un ranking claro sobre qué nación tiene los mejores médicos, ya que la respuesta depende de diversas dimensiones, como la calidad educativa, la cobertura de salud, la infraestructura y la reputación institucional.
Recientemente, Argentina alcanzó un hito significativo en la formación médica. En enero de este año, los médicos formados en universidades acreditadas por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) podrán ejercer en el exterior sin necesidad de recertificar sus títulos. Este reconocimiento, otorgado por la Federación Mundial de Educación Médica (WFME), posiciona a Argentina en un selecto grupo regional junto a Colombia y Chile, cuyos sistemas de acreditación también han sido validados por la WFME.
Este estatus implica que los egresados argentinos podrán acceder a mercados laborales que exigen este aval, como el de Estados Unidos, donde se considera un requisito indispensable para ejercer la profesión. Además, la calidad de la formación médica en América Latina se refleja en los rankings universitarios internacionales. Según el QS World University Rankings by Subject 2025, la Universidade de São Paulo (USP) en Brasil es la única institución latinoamericana entre las 100 mejores del mundo en medicina, ocupando el puesto 73°.
Brasil se destaca en la región con ocho universidades en el top 15 latinoamericano, seguido por México con tres, Chile con dos y Argentina con dos. Entre las universidades mexicanas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se posiciona en el lugar 124° a nivel mundial, mientras que la Universidad de Buenos Aires (UBA) aparece en el rango de 501-550°. La Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) se distingue por su reputación entre empleadores, alcanzando 79,4 puntos sobre 100 en este indicador.
A nivel de producción científica y especialización en ciencias biomédicas, Brasil también lidera el panorama regional. La USP mantiene una reputación académica sobresaliente y una puntuación perfecta en varios indicadores. En tanto, México sostiene su prestigio a través de la UNAM y el Tecnológico de Monterrey, mientras que Chile y Argentina, aunque mantienen posiciones relevantes, enfrentan desafíos en financiamiento y competitividad global.
La infraestructura hospitalaria es otro aspecto clave en esta evaluación. El ranking 2025 publicado por Newsweek ubicó al Hospital Israelita Albert Einstein de Brasil en el puesto 22° mundial, el más alto para un hospital latinoamericano. En Chile, la Clínica Alemana de Vitacura y el Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile ocuparon los puestos 148° y 232°, respectivamente. Colombia destacó con la Fundación Valle del Lili en el puesto 149° y la Fundación Santa Fe de Bogotá en el 239°. Por su parte, México figuró con el Hospital Médica Sur en el 203°.
La cobertura y el acceso a servicios médicos también muestran marcadas diferencias en la región. Uruguay se distingue por su sistema de salud, que según el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) ofrece cobertura al 99% de la población, ocupando el puesto 35 entre 167 países a nivel mundial, y situándose tercero en la región, detrás de Cuba y Costa Rica. El gasto en salud en Uruguay representa el 9,1% del PIB, lo que tiene un impacto económico indirecto relevante. Sin embargo, el sistema enfrenta desafíos en competencia, sostenibilidad financiera, eficiencia y calidad asistencial.
En cuanto a densidad médica y cobertura, Costa Rica y Colombia presentan cifras destacadas, con 29,5 y 27 médicos por cada 10.000 habitantes, respectivamente. Ambos países superan el umbral mínimo recomendado por la OMS de 44,5 trabajadores de salud por cada 10.000 habitantes, y mantienen altos niveles de acceso y calidad en la atención. Esta situación se contrasta con la de Cuba, que, a pesar de su alta densidad médica, enfrenta sus propios retos en términos de infraestructura y recursos.
La evaluación sobre qué país tiene los mejores médicos en América Latina requiere considerar múltiples variables: la densidad de profesionales, la calidad y el reconocimiento internacional de la formación, la infraestructura hospitalaria, la cobertura y el acceso a servicios. La supremacía brasileña en los rankings universitarios y hospitalarios, la cobertura casi universal en Uruguay, el reciente reconocimiento internacional de la formación médica argentina, la calidad de las universidades mexicanas, así como el crecimiento en eficiencia y educación en Chile, y los programas de especialización en Costa Rica, configuran un mapa regional diverso. En este contexto, cada país presenta su propia versión de excelencia en la atención médica, reflejando las realidades y desafíos que enfrenta cada sistema de salud.