El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró la interceptación de una flotilla de ayuda con destino a Gaza por parte de las fuerzas navales de Israel. La operación, llevada a cabo el miércoles, resultó en la detención de más de 400 activistas a bordo de los barcos, quienes fueron trasladados al puerto de Ashdod, en el sur del país.
La flotilla, denominada Global Sumud, que significa “resiliencia” en árabe, había salido de Barcelona a finales de agosto y estaba compuesta por aproximadamente 45 naves y cientos de participantes de más de 45 países, incluyendo varios de América Latina. Las autoridades israelíes advirtieron a los barcos que no ingresaran a las aguas que, según su criterio, están bajo bloqueo naval hacia Gaza.
Netanyahu expresó en un comunicado su satisfacción hacia los soldados y comandantes de la Armada, quienes ejecutaron su misión durante Yom Kippur con “profesionalismo y eficiencia”. Destacó que esta acción crucial impidió que las embarcaciones ingresaran a una zona de conflicto y contrarrestó una campaña de deslegitimación contra Israel.
La Marina israelí frustró un intento de incursión masiva de los activistas, que intentaron violar el bloqueo marítimo legal en Gaza. Según un representante israelí, la operación duró aproximadamente 12 horas y se llevó a cabo sin incidentes violentos. El canciller griego, Giorgos Gerapetritis, aseguró que todos los pasajeros se encuentran en buen estado de salud.
Los organizadores de la flotilla, que buscaban abrir un corredor humanitario y poner fin a lo que consideran un genocidio en Gaza, denunciaron la interceptación como un “ataque ilegal” en aguas internacionales. Esta situación ha generado preocupación a nivel internacional, especialmente en los países de origen de los activistas.
Turquía calificó la operación como un “acto de terrorismo” y anunció la apertura de una investigación tras la detención de 24 de sus ciudadanos. En Colombia, el presidente Gustavo Petro expulsó a la delegación diplomática de Israel en Bogotá, exigiendo la liberación de dos compatriotas detenidos. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum solicitó la repatriación inmediata de seis mexicanos, asegurando que no cometieron delitos.
Brasil también condenó la interceptación, indicando que Israel es responsable de la seguridad de los detenidos. En España, donde alrededor de 65 personas participaron en la flotilla, las autoridades convocaron a la encargada de negocios de Israel y la fiscalía ha iniciado una investigación sobre posibles violaciones de derechos humanos.
El movimiento Hamas ha calificado la operación de “piratería” y “terrorismo marítimo”. Después de su salida de España, la flotilla había realizado una escala de diez días en Túnez, donde reportaron ataques con drones, así como hostigamiento por parte de Israel. Ante estos hechos, Italia y España desplegaron buques militares para escoltar la flotilla, aunque el gobierno español advirtió que no se permitiría su ingreso en la zona de exclusión establecida por Israel, que abarca 150 millas náuticas alrededor de Gaza.
