A punto de enfrentar una declaración de culpabilidad en una corte federal de Chicago, Ovidio Guzmán López, conocido como “El Ratón”, se ha convertido en un potencial informante crucial para el gobierno de Estados Unidos. Especialistas en temas de seguridad y narcotráfico sostienen que su colaboración podría superar en valor la de figuras históricas como Ismael “El Mayo” Zambada, gracias a la información privilegiada que posee, su acceso reciente dentro del Cártel de Sinaloa y la actual coyuntura política.
El periodista Diego Enrique Osorno, quien ha documentado durante años la evolución de la guerra contra el narcotráfico, sostiene que el verdadero valor de Ovidio radica en su falta de una imagen pública que proteger. “Quizás precisamente por eso –porque no tenía nada que cuidar, ni reputación ni lealtades ni futuro– puede ser el testigo más útil de todos. Uno sin pasado heroico, pero con acceso a secretos de los años recientes”, afirmó Osorno en su más reciente columna publicada en Milenio.
Según su análisis, la cooperación de Ovidio no solo podría afectar a la organización criminal que heredó junto a sus hermanos, conocidos como “Los Chapitos”, sino también al sistema político mexicano. “Nombres de operadores, rutas de fentanilo, laboratorios, flujos de dinero, campañas electorales, policías sobornados, generales cómplices, funcionarios en activo… Información que, más allá de causar un cisma en lo que queda del Cártel de Sinaloa, podría influir profundamente en el sistema político mexicano”, subrayó.
Por otra parte, el periodista Ángel Hernández coincide en que el acuerdo con Ovidio representa un activo significativo para las autoridades estadounidenses. En una entrevista con Luis Chaparro para el programa Pie de Nota, explicó que Ovidio ya ha estado colaborando y que su valor como testigo supera al de otros narcotraficantes capturados anteriormente. “Lo más seguro es que lo vamos a ver libre en territorio estadounidense porque, además, Estados Unidos cobra caro ese tipo de colaboraciones”, indicó.
Hernández agregó que Ovidio ha estado colaborando desde antes de su captura y que continuará haciéndolo. “Hay que pensar que probablemente se trata del colaborador que tiene Washington, el más poderoso, el más importante ahorita”, enfatizó. Comparando su información con la de otros testigos protegidos como Dámaso López Serrano (“El Mini Lic”) o Jesús Zambada García (“El Rey”), Hernández destacó que ninguno posee la actualización ni los vínculos operativos recientes que tiene Ovidio.
La situación política en la que Ovidio decide colaborar es igualmente relevante. Según Osorno, la información que proporcione podría ser utilizada para justificar decisiones estratégicas del gobierno estadounidense, abarcando desde cambios en política exterior hasta cuestiones de migración y seguridad fronteriza. Esto añade una nueva dimensión a su colaboración, que podría tener repercusiones más amplias.
Ambos periodistas coincidieron en que será fundamental observar no solo los beneficios legales que se otorguen a Ovidio, sino también las consecuencias colaterales de su cooperación. Esto podría incluir nuevas acusaciones contra otros operadores del Cártel de Sinaloa, procesos judiciales contra funcionarios mexicanos, sanciones financieras, o incluso filtraciones que busquen desestabilizar alianzas políticas. Para Hernández, la cooperación de Ovidio no solo representa un recurso procesal, sino también una herramienta de gran alcance en el ámbito geopolítico.
En este contexto, la figura de Ovidio Guzmán se erige como un elemento clave en la lucha contra el narcotráfico y sus implicaciones en la política mexicana, mientras su colaboración podría cambiar el rumbo de varias estructuras de poder en la región.
