El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendió esta noche al ausentarse del tradicional corrillo que suele mantener con periodistas durante la recepción en el Palacio Real. Sánchez fue el encargado de abrir el besamanos con los Reyes de España, pero se retiró antes de la charla habitual con la prensa.
Desde Moncloa se informó que Sánchez deberá viajar de madrugada a Egipto para participar en una cumbre internacional sobre Gaza, donde también estará presente el presidente estadounidense, Donald Trump. Este compromiso diplomático urgente justifica la ausencia del mandatario en este encuentro anual con periodistas.
Reacciones y contexto en el Palacio Real
El resto de los ministros tampoco permanecieron largos minutos en la recepción. Solo el titular de Transportes, Óscar Puente, se quedó más tiempo y en tono irónico comentó que el presidente quería “comer con su familia”.
Además, faltaron las ministras de Sanidad e Infancia, quienes se encuentran en viaje oficial, así como las titulares de Igualdad y Agenda 2030, ausencias previstas.
Por qué importa esta ausencia ahora
Este hecho llama la atención porque cada año Pedro Sánchez suele intercambiar impresiones directamente con los periodistas en el Palacio Real tras saludar a los Reyes. Su salida temprana y la escueta explicación apuntan a la prioridad que el Gobierno español da a la crisis internacional en Gaza.
La cumbre en Egipto es un escenario clave donde se debaten soluciones al conflicto que tiene impacto global y puede influir en la política exterior española, haciendo que la agenda del presidente sea imparable en este momento.
Para los observadores y la opinión pública es inusual que Sánchez prefiera evitar el contacto con la prensa en una recepción tan protocolaria, lo que genera expectación sobre las decisiones y acuerdos que se puedan cerrar en la reunión en Egipto.
Qué sigue y qué vigilar
El viaje y la cumbre están previstos para mañana, y los próximos días serán cruciales para conocer la postura oficial de España y su alineación con Estados Unidos y otros actores clave en torno a Gaza.
En México, donde la solidaridad y el seguimiento de conflictos internacionales es creciente, este movimiento del presidente Sánchez reafirma la importancia global del evento y las responsabilidades de España como miembro de la Unión Europea y jugador en política internacional.
La ausencia de diálogo con medios en un evento tan emblemático también genera cuestionamientos sobre la transición entre protocolos tradicionales y la flexibilidad requerida en tiempos de crisis.
Estaremos atentos a nuevas declaraciones que Moncloa o Sánchez hagan para aclarar detalles sobre el viaje y los objetivos diplomáticos que se mueven tras bambalinas en esta cumbre.
