Nuevos reportes confirman que el expresidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) denuncia una persecución política que podría costarle la vida, tras la solicitud de la Fiscalía de una condena de 35 años de prisión por lavado de dinero, vinculada al caso Odebrecht. En una entrevista reciente con el diario Perú21, PPK, de 86 años, compara su situación con la del exmandatario Alan García, quien se suicidó en 2019 cuando iba a ser detenido.
Kuczynski afirma que la Fiscalía exagera las acusaciones en su contra, que incluyen más de 2,500 cargos, y señala: “No hay ninguna. Han agarrado sus propios memorándums”. Asegura que su vida está en peligro: “A Alan García lo aniquilaron ellos. Y quieren hacer lo mismo conmigo”.
Desde el Séptimo Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional, se ha ordenado el inicio del juicio oral tras una investigación que comenzó en diciembre de 2017. Mientras tanto, Kuczynski permanece con impedimento de salida del país y pasó tres años bajo arresto domiciliario en Lima, lejos de su esposa, Nancy Lange.
La Fiscalía ha solicitado una reparación civil de cerca de 46.7 millones de dólares y, en caso de ser condenado, PPK podría evitar la cárcel debido a su avanzada edad. El fiscal anticorrupción José Domingo Pérez sostiene que Kuczynski lideró una organización criminal que recibió más de 12 millones de dólares de Odebrecht por medio de empresas encubiertas.
En la entrevista, el exmandatario también destacó la urgencia de reformas en Perú: “Primero, parar esta ola criminal. Eso es lo más importante. Y lo segundo, es abrir el caño para que la iniciativa privada prospere aquí”. Kuczynski expresó su deseo de ser recordado por su contribución a una política económica que promueva el crecimiento y el empleo, así como por mejorar los servicios públicos.
La situación de Kuczynski resuena en un contexto de creciente desconfianza hacia las instituciones en Perú, donde muchos ciudadanos se preocupan por el uso de la justicia como herramienta de persecución política. Con la atención del país puesta en este caso, el futuro del exmandatario podría tener repercusiones significativas en la política peruana y en la percepción de la justicia en la región.