Nuevos reportes confirman que las tortillerías locales, como la de Lourdes Mendoza Vega en La Paz, enfrentan un desafío crítico al competir con grandes supermercados que ofrecen la tortilla de maíz a precios de 13.10 pesos por kilo. Mendoza, quien ha mantenido el precio de su producto en 27 pesos por kilo durante los últimos cuatro años, asegura que este costo refleja la calidad y frescura que ofrece a sus clientes.
“Yo pienso que el precio que tenemos ahorita está accesible. No es ni muy alto ni muy bajo, entonces para lo económico está perfecto”, expresó Mendoza. A pesar de que el principal insumo, la maseca, se ha mantenido en costos estables, los supermercados logran reducir precios debido al manejo de grandes volúmenes de compra. Sin embargo, Mendoza advierte que la diferencia de precio muchas veces se traduce en una menor calidad del producto.
En cuanto a la tortilla de harina, en su negocio el precio alcanza los 80 pesos por kilo, superando los 60 a 70 pesos de otros puntos de venta, debido a la utilización de manteca Inca, un insumo más costoso pero que asegura mejor sabor y calidad. “La calidad es lo que jala, que sea un buen producto, higiénico y que el costo esté accesible”, sostuvo.
Mendoza también subrayó que, a pesar de no recibir apoyos gubernamentales, ha tomado decisiones para reducir la contaminación, como no proporcionar bolsas plásticas a los clientes. Además, hace un llamado a la ciudadanía para valorar el esfuerzo de los comercios locales, que, aunque tienen precios más altos que los supermercados, ofrecen un producto fresco y un servicio personalizado.
La situación actual pone de relieve la importancia de apoyar a las tortillerías locales, que no solo ofrecen un producto de calidad, sino que también representan una parte vital de la economía y cultura local. En medio de esta competencia desigual, el futuro de estos pequeños negocios depende del reconocimiento y apoyo de la comunidad.