El cuidado de la piel puede ser un desafío cuando la mayoría de los productos vienen en envases de plástico y la presión por probar nuevas tendencias es constante. La mercadotecnia eficaz y la obsesión cultural por la juventud complican aún más la situación. Sin embargo, un enfoque respetuoso con el medio ambiente no implica sacrificar la calidad de tu rutina de belleza.
Los expertos coinciden en que muchas personas utilizan más productos de los que realmente necesitan. Identificar opciones sostenibles y empaques ecológicos es crucial, pero también es esencial reducir el uso total de productos. Las rutinas complicadas a menudo no mejoran la salud de la piel. Según Molly Hales, una dermatóloga de la Universidad de Chicago, “Muchos de los productos que la gente cree necesitar probablemente hacen más daño que bien”.
Hales y su equipo de investigación encontraron que algunos influencers promovían rutinas con hasta 21 ingredientes activos. Esto plantea la pregunta: ¿qué categorías de productos son realmente necesarias? La respuesta podría ser de uno a dos productos básicos. Mia Davis, exdirectora de responsabilidad social y ambiental de Credo Beauty, enfatiza que solo es necesario eliminar la suciedad, los contaminantes y las células muertas de la piel.
Otro aspecto crítico es la falta de evidencia científica detrás de muchos productos en el mercado. La industria de la belleza a menudo prioriza la mercadotecnia sobre la ciencia, lo que puede llevar a la compra de artículos que no ofrecen beneficios reales. Los dermatólogos coinciden en que el protector solar es fundamental para combatir el envejecimiento, mientras que el retinol y la vitamina C son considerados efectivos.
Existen ingredientes cuya eficacia es cuestionada, como el colágeno, que no siempre ofrece los resultados prometidos y su producción puede contribuir a la deforestación. Por otro lado, los productos que contienen plásticos líquidos, como ciertos polímeros en cremas y limpiadores, representan un riesgo ambiental significativo al generar nanoplaásticos al ser lavados.
Para evitar estos problemas, es importante leer las etiquetas y buscar ingredientes que no contengan compuestos dañinos. Además, se debe reducir el uso de productos desechables en la rutina de cuidado de la piel. Alternativas reutilizables como toallas de tela y espátulas son opciones más sostenibles.
Kristian Edwards, fundadora de BLK + GRN, resalta que cuidar nuestro entorno es esencial para obtener productos de calidad. La sostenibilidad en el cuidado de la piel no solo es posible, sino necesaria para preservar el planeta.