ACTUALIZACIÓN URGENTE: Indonesia enfrenta una crisis social tras la muerte de un mototaxista, donde las protestas han dejado ya cinco muertos y más de 1,000 arrestos en Jakarta y otras ciudades. La indignación estalló después de que se revelara que los 580 legisladores del país recibirían una asignación mensual de vivienda de 50 millones de rupias (más de 3,000 dólares), una cifra casi diez veces mayor que el salario mínimo.
Los disturbios comenzaron el lunes pasado y se intensificaron tras la viralización de un video que mostraba a la policía atropellando y matando a Affan Kurniawan, un joven de 21 años, en Yakarta. Este trágico incidente desató una ola de protestas en ciudades como Bandung, Surabaya y Makassar, donde manifestantes incendiaron edificios del Parlamento local.
El presidente indonesio, Prabowo Subianto, ha hecho un llamado a la calma y ha confirmado que se están revocando las asignaciones para los legisladores y revisando políticas públicas. Sin embargo, líderes estudiantiles han declarado que estas medidas no son suficientes, exigiendo cambios estructurales más profundos.
La situación se tornó aún más crítica cuando un grupo de manifestantes atacó la casa del ministro de Finanzas, Sri Mulyani Indrawati, en Tangerang Sur, donde se reportaron saqueos. Testigos describieron escenas caóticas con decenas de motociclistas participando en el saqueo.
Prabowo, quien debía asistir a la 25.a cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en China, ha decidido cancelar su viaje para abordar la crisis en su país. En un comunicado, enfatizó que el gobierno no tolerará actos de violencia y vandalismo, subrayando el derecho a la protesta pacífica.
Las autoridades han iniciado una investigación sobre la muerte de Kurniawan, y se han tomado medidas disciplinarias contra miembros de la Cámara de Representantes que realizaron declaraciones insensibles.
El descontento popular se ha intensificado en los últimos meses, alimentado por el aumento de precios y el desempleo, lo que ha llevado a los ciudadanos a cuestionar la empatía de sus líderes políticos. Las protestas recientes reflejan un reto significativo para el gobierno de Prabowo, que ha enfrentado poca oposición formal desde su llegada al poder el año pasado.
La indignación en las calles de Indonesia resuena con los ecos de disturbios pasados, recordando a muchos la historia reciente del país y su lucha por la justicia y la equidad social. Las manifestaciones continúan desarrollándose, y la situación es tensa a medida que los ciudadanos demandan cambios significativos y una mayor atención a sus necesidades.