ACTUALIZACIÓN: El 12 de septiembre, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicó su informe mensual de oferta y demanda agrícola, movimiento que ya está causando estragos en los mercados de futuros del maíz en la Bolsa de Chicago.
El informe sorprendió al sector agrícola con una proyección de producción global de 1,286.6 millones de toneladas, lo que representa una reducción de 2 millones de toneladas respecto al mes anterior, reflejando condiciones climáticas adversas en países clave. En Estados Unidos, la producción para el ciclo 2025/26 se estimó en 427.1 millones de toneladas, superando las expectativas del mercado, gracias a una expansión significativa de la superficie sembrada que alcanzó 39.93 millones de hectáreas, el nivel más alto desde los años 30.
Sin embargo, los rendimientos promedio cayeron a 11.72 toneladas por hectárea debido a enfermedades y condiciones desfavorables. Para México, el USDA ajustó al alza tanto el área sembrada como los rendimientos, destacando mejoras en el Bajío y Sinaloa, aunque el país sigue siendo importador neto de maíz amarillo, especialmente para uso pecuario e industrial.
La caída inicial en los precios internacionales podría aliviar la presión inflacionaria sobre productos derivados del maíz en el corto plazo, pero las empresas importadoras deben estar atentas a posibles incrementos en octubre si los rendimientos en Estados Unidos siguen cayendo.
En este contexto, el informe generó reacciones inmediatas en el mercado. Los contratos de maíz para entrega inmediata se negociaron alrededor de 177 dólares por tonelada, con un aumento de 2 dólares respecto al día anterior. Las posiciones para diciembre alcanzaron 180 dólares por tonelada, evidenciando un incremento de 5 dólares.
Los operadores advierten que, aunque la oferta crece, los riesgos climáticos y fitosanitarios podrían alterar el escenario en el corto plazo. Este panorama mixto sugiere una menor holgura en el balance mundial, con Estados Unidos compensando parcialmente los recortes en otras regiones.
Los datos del WASDE representan para México una oportunidad táctica y, al mismo tiempo, una señal de alerta. El país necesita reforzar su política agrícola y su infraestructura de almacenamiento para reducir vulnerabilidades ante shocks externos y consolidar su soberanía alimentaria.
La volatilidad y el reposicionamiento en el mercado del maíz se intensifican a medida que se redefine el tablero para productores y exportadores. La clave será anticipar las oportunidades en un contexto donde la información y la estrategia serán esenciales para capitalizar el maíz como un activo estratégico.
