El próximo 12 de agosto, la editorial Viking lanzará un libro que promete sacudir la percepción pública sobre la relación entre las Fuerzas Especiales de Estados Unidos y el narcotráfico. Titulado “The Fort Bragg Cartel: Drug Trafficking and Murder in the Special Forces”, la obra del periodista estadounidense Seth Harp se adentra en un oscuro capítulo de la historia militar contemporánea.
Harp, quien ha dedicado años a investigar la conexión entre militares y el tráfico de drogas, centra su relato en una serie de asesinatos no resueltos que ocurrieron en Fort Bragg, la base militar más grande de Estados Unidos, ubicada en Carolina del Norte. La investigación revela un alarmante patrón de impunidad y complicidad entre soldados de élite, particularmente de la Delta Force, y el tráfico de narcóticos.
El autor detalla el hallazgo de dos cuerpos en un bosque cercano a la base en 2020. Uno de ellos pertenecía a William “Billy” Lavigne II, un miembro de la Delta Force con un pasado tumultuoso marcado por la adicción al crack y una serie de delitos violentos. El segundo cuerpo era el de Timothy Dumas, un veterano con 19 años de servicio, cuya reputación estaba teñida por vínculos con actividades criminales y su fama como asesino a sueldo. Estos casos, según Harp, son solo la punta del iceberg en un entramado que involucra a militares en el tráfico de opioides y otros narcóticos hacia Estados Unidos.
Entre 2020 y 2021, se registraron 109 muertes no resueltas en Fort Bragg, lo que Harp califica de “la ola más grande de fatalidades que jamás había ocurrido en una instalación militar moderna”. Esta cifra alarmante pone de relieve no solo la violencia inherente a ciertos sectores de las Fuerzas Armadas, sino también la posible colusión con carteles mexicanos. Harp sostiene que algunos soldados, después de regresar de misiones en Afganistán, se han involucrado en el tráfico de drogas, en ocasiones colaborando directamente con organizaciones criminales.
La obra de Harp no solo se basa en una investigación exhaustiva de los eventos, sino también en testimonios y documentos que revelan un sistema que protege a los involucrados. Este encubrimiento por parte del Ejército de Estados Unidos puede tener profundas implicaciones para la percepción pública de las Fuerzas Armadas, especialmente en un momento en que la confianza en las instituciones está siendo cuestionada.
El autor invita a los lectores a reflexionar sobre cómo estos incidentes han sido ignorados o minimizados, a pesar de su gravedad. La conexión entre soldados que sirven a su país y el narcotráfico no es un tema nuevo, pero la magnitud de los hallazgos de Harp plantea preguntas urgentes sobre la ética y las responsabilidades de aquellos que portan uniforme.
Con “The Fort Bragg Cartel”, Seth Harp no solo busca informar, sino también desafiar la narrativa que rodea a las Fuerzas Especiales y su papel en la lucha contra el narcotráfico, un tema que ha estado en el centro del debate público en Estados Unidos y más allá. La obra promete ser un llamado de atención sobre la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en las instituciones militares.
