Estudio global confirma que genética y estilo de vida explican longevidad excepcional
Los últimos hallazgos del Estudio de Centenarios de Nueva Inglaterra revelan cómo miles de personas que superan los 100 años mantienen una salud envidiable, desafiando las ideas tradicionales sobre el envejecimiento. Desde 1995, esta investigación en Boston ha recogido datos de más de 3,000 centenarios para entender qué factores permiten no solo vivir más, sino vivir mejor.
El geriatra Thomas Perls, director del estudio, reporta que sus pacientes más longevos sorprenden por su vitalidad y buena salud, contrario a lo esperado. La neurocientífica conductual Stacy Andersen, codirectora, explica que el objetivo es no solo llegar a los 100 años sino también alcanzar edades como 70 u 80 años con óptima función física y mental.
Genética, factor clave en la longevidad extrema
Uno de los hallazgos más impactantes es que en centenarios la genética contribuye hasta un 75% en su longevidad, una cifra que contrasta con el 25% habitual en la población general. Se han identificado cerca de 200 variantes genéticas relacionadas con la vida extrema.
El equipo investiga cómo estas personas poseen mecanismos biológicos especiales, como una reparación eficiente del ADN, un sistema inmunitario más fuerte y una respuesta celular única al estrés. Incluso, algunos centenarios presentan cerebros con proteínas asociadas a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, pero mantienen una función cognitiva sobresaliente, demostrando una resiliencia biológica única.
Hábitos de vida y entorno cruciales para vivir más y mejor
Aunque la genética marca una gran diferencia, el estudio destaca que los hábitos y el entorno son determinantes fundamentales. Los centenarios suelen llevar una vida activa y equilibrada, evitar excesos en la alimentación y mantener relaciones sociales sólidas.
Contrario a la creencia común, pocos siguen dietas estrictas o rutinas intensas de gimnasio, pero sí evitan el tabaquismo y consumen alcohol de forma muy moderada. La actitud también es clave: no se obsesionan con preocupaciones, son resilientes ante pérdidas y mantienen la curiosidad y el sentido de propósito hasta edades avanzadas.
Diferencias entre géneros y el fenómeno de los superenvejecedores cognitivos
El estudio resalta que el 85% de los centenarios son mujeres, pero los hombres que alcanzan esa edad muestran mejor estado físico y cognitivo. Mientras las mujeres sobreviven más a enfermedades crónicas, los hombres llegan a los 100 años mayormente sin patologías severas.
Una línea prometedora es la investigación sobre los “superenvejecedores cognitivos”, personas que mantienen capacidades mentales a nivel de alguien 30 años más joven. Muchos siguen activos trabajando o realizando ejercicio vigoroso, desafiando las expectativas tradicionales de la vejez.
La vejez como etapa activa y llena de pasión
La experiencia de los centenarios ha revolucionado la visión tradicional sobre el envejecimiento. Según Stacy Andersen, la mayoría sigue encontrando pasión, objetivos diarios y alegría en las pequeñas cosas, mostrando que la vejez puede ser una etapa plena y activa.
Este conocimiento abre la puerta a posibles avances médicos que podrían traducirse en tratamientos innovadores o incluso en una “píldora de longevidad” que beneficie a toda la población, incluida la mexicana que enfrenta retos similares de envejecimiento.
¿Qué sigue?
El equipo del Estudio de Centenarios continúa su trabajo recogiendo muestras biológicas, evaluando cambios cognitivos y físicos, y promoviendo estudios sobre genética y hábitos. Esto promete revolucionar la medicina del envejecimiento hacia nuevas terapias que puedan potenciar la calidad de vida en la tercera edad.
Mientras tanto, los consejos de los centenarios —vida activa, relaciones sociales, actitud positiva y alimentación balanceada— pueden ser claves inmediatas para que más mexicanos alcancen una longevidad saludable.