Sarah Mullally se convierte en la primera mujer arzobispa de Canterbury
La Iglesia de Inglaterra vive un momento histórico con la elección de Sarah Mullally como la primera mujer en asumir el cargo de arzobispa de Canterbury, líder espiritual de esta institución y primada de la comunión anglicana, que agrupa a aproximadamente 95 millones de fieles en 165 países.
Este nombramiento recién anunciado representa un cambio trascendental en la tradición de la Iglesia inglesa y la comunión anglicana mundial. Mullally, de 63 años, expresó su compromiso al tomar esta responsabilidad con un profundo sentido de servicio y confianza en la guía divina, declarando que afronta la misión con “paz y confianza en que Dios” la guiará para unir y sanar a los creyentes.
Un liderazgo espiritual cuidando la esperanza y la sanación
Su trayectoria combina años al servicio de la salud como enfermera y su carrera sacerdotal, donde aprendió a “escuchar con atención” tanto a las personas como a las señales divinas para fomentar la esperanza. Mullally afirmó estar lista para animar a la Iglesia a crecer en confianza en el Evangelio y a llevar adelante un mensaje de amor que guíe las acciones de miles de comunidades en todo el mundo.
Contexto y sucesión tras la salida de Justin Welby
Mullally sucederá oficialmente a Justin Welby, quien anunció su dimisión tras fuertes críticas por manejar de forma deficiente un caso de abusos sexuales cometidos por el abogado John Smyth en décadas pasadas. Welby renunció tras un informe que reveló que no denunció estos abusos a la policía cuando asumió el cargo en 2013.
La confirmación oficial de Mullally en el puesto será en enero, tras un proceso de selección liderado por la Comisión de Nominaciones de la Corona, y aprobado por el rey Carlos III, gobernador supremo simbólico de la Iglesia de Inglaterra. El palacio de Buckingham emitió un comunicado felicitando a Mullally y reconociendo la importancia de su nombramiento tanto en el Reino Unido como en la comunión global.
Respaldo político y relevancia social
El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó la designación de Mullally como un paso histórico y destacó el papel fundamental que la Iglesia de Inglaterra tiene en el tejido social del país. Starmer señaló que las iglesias, catedrales, escuelas y organizaciones benéficas relacionadas son pilares en sus comunidades, anticipando que la nueva arzobispa desempeñará un rol central en la vida nacional.
Starmer también expresó su disposición a colaborar con la nueva líder espiritual, alentando un vínculo estrecho entre la Iglesia y el estado para enfrentar juntos los retos actuales.
Lo que sigue para la Iglesia de Inglaterra y más allá
La llegada de Sarah Mullally marca un antes y un después en la historia religiosa anglicana y social del Reino Unido, con posible impacto en la relación Iglesia-comunidad a nivel global, incluyendo países como México donde la influencia de la comunión anglicana se extiende a través de diversas comunidades y grupos.
Su liderazgo será vigilado con atención por millones de fieles y observadores internacionales, atentos a cómo su estilo de servicio y cercanía pueda fortalecer la confianza en la Iglesia tras escándalos previos.
Esperamos la confirmación oficial en enero y el inicio formal de una era dirigida por una mujer que propone un mensaje de esperanza, unión y amor cristiano para millones de personas en todo el mundo.
“Al responder a la llamada de Cristo a este nuevo ministerio, lo hago con el mismo espíritu de servicio a Dios y a los demás que me ha impulsado desde que me convertí a la fe en mi adolescencia”, afirmó Mullally.
