Senado de México aprobó el ingreso del Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos para realizar ejercicios de capacitación conjunta con la Marina mexicana en Veracruz y el Estado de México.
La autorización, solicitada por la presidenta Claudia Sheinbaum, permitirá que las tropas estadounidenses entrenen en dos fases a partir del 6 de octubre y hasta el 12 de diciembre, en un despliegue sin precedentes que busca potenciar la cooperación militar y la seguridad bilateral.
Entrenamientos estratégicos en Edomex y Veracruz
El primer bloque de entrenamientos tendrá lugar del 6 de octubre al 28 de noviembre en el Centro de Entrenamiento Avanzado de la Marina en Donato Guerra, Estado de México. La segunda fase está programada del 1 al 12 de diciembre en el polígono de Antón Lizardo, sede de la Heroica Escuela Naval Militar en Veracruz.
Estas maniobras incluyen tácticas de infiltración, vigilancia y reconocimiento especial. El objetivo es fortalecer la capacidad de inteligencia en ambientes hostiles y de alta complejidad, además de incrementar la compatibilidad táctica y la cooperación en seguridad entre México y Estados Unidos.
Cooperación ante tensiones bilaterales
Aunque ambos países enfrentan tensiones por comercio y migración, han reiterado su compromiso en fortalecer la seguridad conjunta. Esta capacitación ocurre tras el reciente anuncio de un acuerdo para combatir el tráfico de armas en la frontera, una medida que autoridades de ambos lados califican como clave para proteger a sus poblaciones.
“El Senado, como cámara responsable de la política exterior, avala regularmente este tipo de movimientos para mejorar la colaboración en temas de seguridad”, señaló un funcionario cercano a la presidencia.
Por qué importa ahora
La llegada de tropas estadounidenses a territorio mexicano para entrenar con la Marina marca un avance significativo en la cooperación militar. Esto puede impactar directamente en la seguridad de regiones estratégicas como Veracruz, donde la presencia de grupos criminales aumenta la necesidad de respuestas tácticas conjuntas.
El despliegue de estas fuerzas especiales y sus ejercicios reflejan el intento por superar diferencias políticas y garantizar un frente común en la lucha contra amenazas compartidas, destacando la importancia del trabajo colaborativo para la eficiencia operativa.
Qué sigue
Durante las próximas semanas, se espera que estas operaciones mejoren la interoperatividad táctica y que ambas armadas afiancen sus habilidades para futuros trabajos conjuntos. Además, está prevista la evaluación de resultados para considerar nuevos ejercicios bilaterales o ampliaciones a otros estados.
La sociedad mexicana observa con atención estos movimientos militares, que en un contexto delicado podría redefinir la relación de cooperación y confianza entre México y Estados Unidos, especialmente en seguridad y defensa.