Septiembre emerge esta temporada como el mes predilecto para muchos, redefiniendo su papel frente a noviembre y diciembre, meses que históricamente dominaban el imaginario colectivo en México y el mundo.
Una vieja pregunta resurge con fuerza: ¿cuál es el mes que más gusta que termina en “embre”? Mientras que diciembre solía ser el favorito por su espíritu festivo y vacaciones, y noviembre se quedaba corto en emoción, septiembre se redescubre como la joya del otoño con sus tonos dorados y melancólicos que evocan recuerdos imborrables.
Septiembre y su atmósfera única
Este mes sombrío pero cálido no es ni la explosión de vida de la primavera, ni la luz intensa y abrasadora del verano, ni tampoco la tristeza fría del invierno. El otoño, simbolizado por septiembre, viste los campos, bosques y viñedos de colores intensos que invitan a la nostalgia y la reflexión.
El valioso momento hace eco de la frase de El Principito, donde el zorro dice: “El trigo, que es dorado, también será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo”. Así, septiembre representa ese instante mágico donde el viento susurra memorias y presencias queridas que ya no están, pero que resuenan en el paisaje.
La transformación del significado de los meses que terminan en “embre”
De niña, septiembre solía ser temido por el inicio de clases y el fin del verano, mientras que diciembre era sinónimo de descanso y alegría. Sin embargo, con el paso del tiempo, el significado de cada mes ha cambiado dramáticamente, especialmente con la nostalgia que trae el otoño.
Octubre es recordado como un mes de despedidas dolorosas, diciembre simboliza finales y transiciones inevitables, y noviembre queda relegado, insuficiente para captar la esencia emocional que septiembre ahora ofrece.
Un llamado a redescubrir septiembre en México
Especialistas y comentaristas recuerdan que es importante valorar el impacto emocional del entorno y la naturaleza en nuestras vivencias cotidianas, más aún en un país como México donde las estaciones marcan diversas tradiciones y estados de ánimo.
Septiembre despliega su manto dorado con el sol y el viento como protagonistas, invitando a Mexicanos a reconectar con sus propias historias y aquellos momentos que parecen quedarse en el aire durante esta hora mágica del año.
¿Qué sigue para la percepción de los meses otoñales?
Con la renovación del interés por septiembre y su otoño, expertos anticipan un aumento en la celebración cultural de esta época, vinculando las emociones y memorias que despierta el mes con la identidad nacional y regional.
El viento que recorre los paisajes mexicanos seguirá contando historias antiguas y nuevas, mientras los ciudadanos encuentran en septiembre ese refugio emocional que parecía perdido. La hora mágica del año llama hoy más que nunca a detenerse y escuchar.