ACTUALIZACIÓN: La presidenta Claudia Sheinbaum ha rechazado categóricamente que su gobierno carezca de los recursos necesarios para el próximo año, defendiendo su propuesta de presupuesto durante una conferencia de prensa este miércoles. “Son falsas las afirmaciones de que no hay dinero, sí hay recursos”, enfatizó Sheinbaum, subrayando que el presupuesto presentado es “muy responsable”.
En medio de críticas por los cambios a la Miscelánea Fiscal, la mandataria respondió a inquietudes sobre el incremento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas saborizadas, tabaco, apuestas y videojuegos, que según expertos, podría generar “incertidumbre fiscal” y desincentivar la inversión en el país. El IEPS a las bebidas saborizadas se duplicará, alcanzando los 3.08 pesos por litro, incluyendo aquellas con endulzantes no calóricos.
El Paquete Económico 2026, entregado el lunes a la Cámara de Diputados, plantea un gasto total de 10.1 billones de pesos con ingresos estimados en 8.7 billones de pesos, lo que resulta en un déficit y un nivel de endeudamiento de 4.1% del PIB. Este paquete es el segundo bajo la administración de Sheinbaum, quien espera un crecimiento del producto interno bruto (PIB) entre 1.8% y 2.3%, cifras que superan las proyecciones de organismos internacionales.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha expresado su preocupación, señalando que la estrategia fiscal podría afectar el clima de inversión en México. “Las decisiones económicas deben ser claras y coherentes”, afirmó un representante de Coparmex.
Con este contexto, el gobierno de México ahora enfrenta el desafío de demostrar que su presupuesto puede generar confianza entre los inversionistas y la ciudadanía. La situación se desarrolla en un panorama donde la economía nacional busca recuperarse de los efectos de la pandemia y otros factores globales.
Los próximos días serán cruciales para observar cómo se implementan estas medidas y cuál es la respuesta del sector empresarial ante el nuevo paquete fiscal. La administración de Sheinbaum se encuentra bajo la presión de justificar sus decisiones y asegurar que los recursos realmente están a disposición para el crecimiento económico del país.