Con el Grito Patrio que marcó el inicio del segundo año de gobierno de Claudia Sheinbaum, la presidenta enfrenta hoy la enorme carga de continuar la llamada 4T, un proyecto que heredó de su mentor, Andrés Manuel López Obrador. En estos primeros meses, la realidad económica y social se ha tornado alarmante, con reclamos crecientes sobre los fraudes masivos y la corrupción enquistada en el gobierno de Morena.
Un sexenio marcado por la corrupción y la crisis social
Los datos son contundentes: los programas sociales y económicos bandera de Morena han mostrado resultados negativos en su análisis sectorial, especialmente en educación y salud. Más grave aún, el gobierno enfrenta denuncias claras sobre fraudes multitudinarios y el encubrimiento sistemático de funcionarios enriquecidos ilícitamente durante la administración pasada, una problemática que el actual gobierno debe desmantelar.
El secretario de Marina, en su discurso del 16 de septiembre, hizo revelaciones que ya cuentan con la aprobación de Sheinbaum, dejando en claro que la erradicación del huachicol fiscal forma parte urgente de su agenda. Esta operación cobra una dimensión comparable a la mítica tarea de limpiar los establos del rey Augías, una referencia que pone en perspectiva la magnitud del reto de la presidenta.
Oportunidad que puede definir su gestión
El legado de López Obrador añade una crisis aún mayor a esa tarea, con múltiples frentes abiertos en corrupción, obras públicas mal diseñadas y malos manejos presupuestales millonarios. Sin embargo, esta situación también abre una “ventana de oportunidad” para que Sheinbaum marque distancia con su antecesor y establezca su propio rumbo, limpiando la administración pública y combatiendo las mafias y privilegios.
Expertos aún ponderan y debaten la evaluación del primer año de la mandataria, pero es indudable que para algunos representa la prueba de que un gobierno sin AMLO es posible, aunque a costa de una concentración de poder que cada día se observa más preocupante. La única alternativa para los ciudadanos parece ser una postura activa frente al control de Morena sobre las instituciones mexicanas.
Conflictos próximos y la reforma a la Ley de Amparo
Los ojos están puestos en el próximo debate en el Congreso sobre la controvertida modificación a la Ley de Amparo, una iniciativa con la que el gobierno pretende una aprobación rápida que ha generado amplio rechazo y que constituye, para muchos, un nuevo paso en la erosión de las instituciones jurídicas del país.
Esta reforma, junto con la necesidad de garantizar los derechos fundamentales que la ciudadanía demanda —como salud, educación, alimentación y seguridad—, se perfilan como los próximos grandes retos para la presidenta Sheinbaum y su administración.
¿El futuro de México depende de la limpieza interna?
La presidenta se encuentra frente a una misión titánica: no solo debe limpiar de corrupción la administración, sino también recuperar la confianza de un pueblo que desde 2018 vive bajo un régimen criticado por su autoritarismo y fracaso en mejorar la calidad de vida.
Sheinbaum debe decidir entre continuar la senda marcada por su partido, donde el poder se concentra cada vez en pocas manos, o abrir caminos para que México recupere su rumbo democrático, social y económico. El tiempo y las acciones concretas serán las que definan si esta administración logra romper con los fantasmas del pasado o si se hunda junto con ellos.