ACTUALIZACIÓN URGENTE: La presidente Claudia Sheinbaum ha revelado un alarmante aumento en la carga fiscal que afectará a millones de mexicanos, con nuevos impuestos que sumarán más de 150 mil millones de pesos en 2026.
Este anuncio se produce en medio de declaraciones previas donde aseguraba que no habría nuevas cargas fiscales, generando una creciente preocupación entre la población que ya enfrenta dificultades económicas. La estrategia del gobierno se ha descrito como un método para mantener a la ciudadanía en un estado de dependencia y sumisión, al recibir bimensualmente 6 mil 200 pesos de su propio dinero.
En su reciente gira por Michoacán, Sheinbaum insistió en que la deuda pública adquirida por administraciones anteriores, incluyendo a Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, fue “corrupta y maldita”, mientras que su propio gobierno ha incrementado la deuda nacional a 18.5 billones de pesos. Esta comparación ha generado un debate intenso sobre la gestión fiscal y la ética del actual gobierno.
Durante su discurso, afirmó: “Nosotros siempre combatimos la corrupción, este donde esté”, una declaración que ha sido criticada por muchos, sugiriendo que la corrupción reside en su propia administración. Las denuncias sobre la corrupción se han intensificado, especialmente en el contexto de la manipulación de recursos públicos y el escándalo del huachicol fiscal, que ha resultado en la muerte de varios involucrados.
El descontento popular crece, y los ciudadanos se preguntan: ¿quién cerrará la reja para los corruptos? La respuesta parece ser incierta, mientras la administración continúa enviando mensajes contradictorios sobre su compromiso real con la transparencia y la justicia fiscal.
Con la deuda pública en niveles récord y un aumento en la presión fiscal, los próximos meses serán cruciales para observar cómo reaccionan los ciudadanos ante estas medidas. La situación exige una atención inmediata, ya que las decisiones del gobierno impactarán directamente en el bolsillo de cada mexicano.
Lo que se espera ahora es una respuesta clara de la administración sobre cómo planean manejar esta nueva carga fiscal y si realmente tienen la intención de combatir la corrupción que, según muchos, se ha institucionalizado en su gobierno.
Las próximas semanas serán decisivas para el futuro económico de México y para el gobierno de Sheinbaum y López, quienes enfrentan un creciente escepticismo sobre su capacidad para cumplir con sus promesas.
































































