ACTUALIZACIÓN: Un fuerte sismo de magnitud 4.0 sacudió la región de Áncash esta madrugada, a las 04:15 horas, según el informe del Instituto Geofísico del Perú (IGP).
El epicentro se localizó a 78 kilómetros al oeste de Chimbote, a una profundidad de 41 kilómetros. Este movimiento telúrico es el quinto en una semana, lo que ha generado una creciente preocupación entre los habitantes de la región.
El IGP ha reportado que este temblor se suma a una serie de movimientos sísmicos que han afectado a Áncash en los últimos días, lo que está alimentando la alerta en una zona históricamente vulnerable a sismos.
Entre los recientes eventos, el más significativo fue un sismo de 5.5 ocurrido el 18 de agosto a las 19:54 horas, a 81 kilómetros al oeste de Chimbote. Este patrón de actividad sísmica resalta la necesidad de que la población esté preparada y alerta.
La población local ha sentido el temblor de esta mañana, aunque hasta el momento no se han reportado daños personales ni materiales. Sin embargo, las autoridades han reiterado la importancia de contar con planes de emergencia y participar en simulacros organizados por el Indeci.
El IGP ha detallado los cuatro sismos anteriores de esta semana: un temblor de 3.6 registrado el 13 de agosto a la 01:30 horas y otro de 4.0 ese mismo día a las 20:43 horas. Además, el 17 de agosto, un sismo de 4.1 ocurrió a 38 kilómetros al este de Huarmey.
La actividad sísmica en Áncash se debe a la interacción de las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, lo que aumenta el riesgo de movimientos telúricos. Ante esta situación, el Indeci ha instado a la población a seguir medidas de seguridad, como identificar rutas de evacuación y preparar mochilas de emergencia con suministros esenciales.
Las recomendaciones incluyen mantener la calma durante un sismo, alejarse de ventanas y objetos peligrosos, y protegerse bajo una mesa firme. Después del evento, es crucial revisar la vivienda en busca de daños y seguir las indicaciones de las autoridades.
La situación en Áncash subraya la importancia de una cultura de prevención en la región y a nivel nacional, instando a todos a estar preparados ante la posibilidad de más temblores en el futuro inmediato.