En un giro alarmante en su carrera, Teófilo Gutiérrez, delantero del Junior de Barranquilla, se encuentra en el ojo del huracán tras una denuncia penal presentada en su contra. El 19 de agosto de 2025, el prestamista Gastón Marriaga González lo acusó de proferir amenazas de muerte, luego de que el futbolista incumpliera un acuerdo de pago de un préstamo de 180 millones de pesos.
La denuncia, presentada ante la Fiscalía del Atlántico, incluye acusaciones de que Gutiérrez habría amenazado a Marriaga con frases intimidantes, como que “cualquier día me encontraban con la boca llena de moscas”. A pesar de la gravedad de la situación, el jugador ha mantenido un silencio notable, lo que contrasta con su reciente publicación en Instagram donde se le ve disfrutando de un día en la playa, sumido en la lectura.
Detalles de la denuncia y el acuerdo
Según Marriaga, el acuerdo verbal se realizó en febrero de 2024, con pagos de intereses programados hasta abril de 2025. Sin embargo, el prestamista alega que Gutiérrez dejó de cumplir con sus obligaciones. El 12 de agosto, en una llamada telefónica, el futbolista no solo se negó a efectuar el pago, sino que también lanzó amenazas que llevaron a Marriaga a presentar la denuncia formal.
La documentación entregada a la Fiscalía incluye notas de voz y capturas de pantalla de conversaciones en WhatsApp, así como una letra de cambio como evidencia. Se espera que Gutiérrez sea citado para declarar entre este viernes y el próximo lunes, un paso que podría tener repercusiones significativas en su carrera.
Impacto en la imagen del futbolista
Este escándalo no solo involucra a Gutiérrez con la ley, sino que también puede afectar su reputación frente a la afición y su club. A lo largo de su carrera, el delantero ha sido un jugador clave para el Junior y la selección colombiana, pero su historial incluye episodios polémicos, como incidentes en vestuarios y denuncias por conducta inapropiada.
La manera en que Teófilo gestione esta crisis será crucial para su legado. La imagen de tranquilidad que proyecta en la playa, aunque visualmente atractiva, genera más dudas que empatía entre sus seguidores, lo que podría avivar las críticas hacia su comportamiento. Es un momento decisivo que podría definir su futuro en el fútbol y su vida personal.
La controversia recuerda un episodio aún más impactante en la carrera de Gutiérrez, cuando en 2012, tras una derrota, se vio envuelto en un altercado en el vestuario de Racing, donde estuvo involucrado en una situación peligrosa al sacar un arma. Este tipo de antecedentes podrían influir en la percepción pública y en la respuesta de su club ante la actual denuncia.
