ACTUALIZACIÓN URGENTE: El presidente de EE.UU., Donald Trump, lanzó una amenazadora advertencia a Chicago, sugiriendo que la ciudad pronto entenderá por qué se le llama el Departamento de Guerra. En un mensaje publicado en su cuenta de Truth Social, Trump afirmó: “Me encanta el olor de las deportaciones por la mañana…” y añadió que Chicago está a punto de descubrir el verdadero significado de su afirmación.
Esta declaración, acompañada de una imagen generada por inteligencia artificial titulada ‘Chipocalypse Now’, ha desatado una ola de críticas. El gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, reaccionó afirmando que el mensaje de Trump “no es normal” y lo catalogó como una “amenaza de guerra”. En su mensaje en X, Pritzker enfatizó que “esto no es una broma” y que Illinois no se dejará intimidar por un “aspirante a dictador”.
La tensión aumentó cuando el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, también respondió, señalando que las amenazas de Trump están “por debajo del honor” de EE.UU. y sugiriendo que su intención es ocupar la ciudad y violar la Constitución. Johnson instó a la población a mantenerse alerta ante esta situación.
Trump ha propuesto enviar a la Guardia Nacional a Chicago, describiéndola como “una de las ciudades más inseguras del mundo”, aunque no ha proporcionado un cronograma claro para su intervención. La preocupación se intensifica mientras las autoridades locales se preparan para una posible llegada de agentes de control de inmigración, lo que podría resultar en una escalada de tensiones en la ciudad.
El martes, Trump reafirmó su intención de implementar medidas drásticas en Chicago, lo que ha llevado a Pritzker a acusarlo de estar “poniendo a prueba su poder” y de generar un drama político para desviar la atención de su propia corrupción.
En las últimas horas, Chicago se encuentra en el centro de un debate nacional sobre la militarización de las ciudades y la política de inmigración. Las reacciones de los líderes locales reflejan una creciente preocupación por las implicaciones que estas amenazas podrían tener en la seguridad y el bienestar de los residentes de la ciudad.
Este desarrollo se produce en un contexto donde Trump ya ha desplegado tropas de la Guardia Nacional en otros lugares como California y Washington D.C., presentando estas acciones como parte de su estrategia para combatir el crimen y “restablecer el orden”. Sin embargo, las autoridades de Chicago se muestran firmes en su oposición a estas medidas, advirtiendo que las acciones de Trump podrían tener efectos desestabilizadores en la comunidad.
Mientras tanto, los ciudadanos de Chicago y sus líderes políticos se preparan para aceptar el reto que esta situación presenta, con un firme compromiso de proteger sus derechos y su ciudad. La tensión en Chicago es palpable y la atención del país está centrada en cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos días.
Con el panorama incierto y las amenazas de Trump resonando, la situación en Chicago podría ser un punto de inflexión en la política estadounidense y su relación con las ciudades que enfrenta desafíos de seguridad y gobernabilidad.
