Fuerzas armadas ucranianas realizaron un nuevo ataque con drones contra una estación petrolera en la región rusa de Chuvasia, provocando la suspensión total de sus operaciones y demostrando su capacidad ofensiva a larga distancia.
Oleg Nikolaev, gobernador de Chuvasia, confirmó que el ataque afectó una estación de bombeo cerca del río Volga, en la localidad de Konar. Destacó que los daños son menores y no se reportan víctimas, pero subrayó la gran distancia del ataque, aproximadamente 1,200 kilómetros desde el territorio ucraniano.
Este incidente ocurre en medio de una escalada sostenida de agresiones ucranianas contra infraestructuras petroleras rusas, principalmente en el sur y centro del país. La estación atacada en Chuvasia se sumó a otros objetivos recientes, incluyendo la refinería Afipsky en Krasnodar Krai, que sufrió un incendio tras un impacto con drones durante la madrugada del viernes.
Las autoridades rusas detallaron que, en el ataque a Afipsky, una unidad de producción quedó afectada en aproximadamente 30 metros cuadrados. La refinería procesa cerca de 9.1 millones de toneladas de crudo anuales, representando un 2.1% del total nacional, y es clave para suministrar diésel y combustible de aviación al ejército ruso desplegado en Ucrania.
Desde agosto de este año, Ucrania ha paralizado al menos cinco refinerías clave en Rusia. Según Energy Aspects y reportes del Financial Times, estos ataques han reducido la capacidad de refinación rusa en más de 1 millón de barriles diarios, recortando las exportaciones de combustible por debajo de niveles preinvasión.
Estos bombardeos han provocado una caída del 10% en la producción de gasolina y el cierre de más de 300 estaciones de servicio en Rusia. En regiones como Crimea y Sebastopol, bajo ocupación rusa, casi la mitad de las estaciones dejaron de vender combustible, afectando gravemente la logística militar rusa en el sur de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso reportó la interceptación de 55 drones ucranianos durante la noche en ocho regiones, incluidos tres en Krasnodar Krai. A pesar de ello, la persistencia y el alcance de los ataques evidencian el avance de la tecnología de drones ucranianos desarrollados internamente para impactar objetivos industriales y militares clave.
La refinería Afipsky finalizó una ampliación en 2025 valorada en 217 mil millones de rublos y tiene planes para modernizar su producción, buscando alcanzar estándares internacionales como el Euro-5, lo cual podría complicar aún más los impactos prolongados de estos ataques.
Estos ataques forman parte de un esfuerzo estratégico de Ucrania para debilitar el financiamiento y la capacidad militar rusa, afectando directamente la producción y distribución de combustibles esenciales para la operación bélica de Moscú.
Las próximas semanas serán claves para observar la respuesta rusa y la posible intensificación de esta guerra no convencional con drones, cuyo vuelco tecnológico y táctico podría redefinir el control energético en el conflicto.