La jefa de Hidrometeorología de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Jessica Luna Lagunes, ha alertado sobre los acumulados de lluvias previstos para el año 2025. Según su análisis, estos podrían ser consecuencia de una vaguada estacionaria, alcanzando niveles de intensidad similares a los del histórico huracán Janet, que impactó en 1955.
La funcionaria subrayó la importancia de establecer una vigilancia hidrometeorológica continua y de implementar estrategias de adaptación, basadas en las experiencias del pasado. La combinación de condiciones meteorológicas, como la topografía y la humedad del golfo, genera una alta vulnerabilidad en regiones como el norte de Veracruz y la Sierra Norte de Puebla, donde pueden ocurrir precipitaciones extremas.
El huracán Janet, que azotó el Golfo de México entre el 27 y el 30 de septiembre de 1955, es recordado como uno de los más intensos del siglo XX. Aunque causó su impacto principal en la Península de Yucatán, también afectó gravemente a Veracruz, donde se registraron lluvias extraordinarias que superaron los 600 milímetros en solo cuatro días. Localidades como Juchique de Ferrer, Veracruz, y Zacapoaxtla, Puebla, reportaron acumulados de 630.9 mm y 630.0 mm, respectivamente.
Este evento meteorológico dejó una huella marcada en la memoria hidrográfica del país, debido a las avenidas históricas que generó en los ríos de la región. Otro caso similar ocurrió en octubre de 1999, cuando la interacción de un sistema frontal con la Depresión Tropical número 11 provocó lluvias catastróficas en Puebla, Hidalgo y Veracruz, alcanzando valores de hasta 995 mm en Tenango, Puebla.
Recientemente, entre el 7 y el 9 de octubre, se registró un episodio de lluvias intensas vinculado a otra vaguada persistente sobre el Golfo de México. Durante este fenómeno, se registraron acumulados superiores a 500 mm en el norte de Veracruz, con cifras destacadas en Coahuitlan y Huauchinango. A pesar de que este evento no estuvo relacionado con un ciclón tropical ni un frente frío, los montos de lluvia se comparan con los de 1955 y 1999, lo que demuestra el potencial de las vaguadas estacionarias para generar lluvias extremas.
