ACTUALIZACIÓN URGENTE: Nuevos reportes confirman que el vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, ha defendido el uso del Ejército para “matar a miembros de cárteles” que envenenan a los ciudadanos estadounidenses. En un post publicado hoy en su cuenta de X, Vance afirmó que “matar a los miembros de los cárteles es el mayor y mejor uso que podemos dar a nuestras Fuerzas Armadas”.
Este comentario surge días después de un ataque aéreo ordenado por la administración de Donald Trump contra una embarcación, conocida como ‘narcolancha’, que supuestamente transportaba drogas desde Venezuela en aguas internacionales del mar Caribe. Según el mandatario, en el operativo, que tuvo como objetivo al grupo delictivo Tren de Aragua, murieron 11 personas.
Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha descalificado las acusaciones de narcotráfico, afirmando que son “tan burdas y tan falaces como la afirmación de que Irak tenía armas de destrucción masiva”. Maduro insistió en que “Venezuela no es un país relevante en materia de narcotráfico” y destacó que, según datos de la ONU, la cocaína se produce en Colombia, que cuenta con más de 400,000 hectáreas de cultivos de coca.
En un clima de creciente tensión, Maduro se dirigió a Trump instando a su administración a cesar sus intentos de “cambio de régimen violento” en Venezuela. La escalada de conflictos se intensificó después de que se anunciara un despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe para enfrentar a los cárteles de la droga.
La fiscal general de EE.UU., Pamela Bondi, ha duplicado la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro, acusándolo sin fundamento de liderar un “cártel de narcotráfico”. Caracas ha denunciado estas acciones como maniobras para forzar un cambio político y apoderarse de sus recursos naturales.
Para contrarrestar el despliegue militar estadounidense, Maduro ha convocado al alistamiento voluntario en la Milicia Bolivariana, recibiendo hasta ahora la inscripción de 8.2 millones de personas. La situación continúa desarrollándose y se espera que las tensiones entre Washington y Caracas sigan escalando, afectando no solo a los países involucrados, sino también a la seguridad regional.
