Violencia letal sacude Uruapan
Durante la celebración del Festival de las Velas en conmemoración al Día de Muertos, un grupo armado irrumpió en medio de la multitud en Uruapan y asesinó al edil Carlos Alberto Manzo, un hecho que ha marcado un nuevo episodio en la escalada de violencia que vive Michoacán.
La violencia en Michoacán se recrudece y la ciudad vuelve a la agenda nacional, con múltiples reportes en medios y redes sociales sobre enfrentamientos, extorsión y homicidios.
Grupos criminales en guerra abierta por territorio
En Michoacán, el terreno se ha convertido en un tablero donde diversos grupos delictivos —incluyendo al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Viagras y remanentes de los Caballeros Templarios y Pueblos Unidos— disputan el control de plazas y rutas del narcotráfico.
El CJNG ha expandido su influencia en Uruapan, con células que operan en extorsión, tráfico de drogas y violencia directa contra rivales y autoridades. La presión incrementó desde la administración de Silvano Aureoles, con episodios de confrontaciones armadas y operación de células locales fuertemente armadas.
Los Viagras, originarios de Tierra Caliente, mantienen redes de extorsión especialmente en la agroindustria de aguacate y limón, visibles en casos como el del empresario Bernardo Bravo, víctima de amenazas de “pagar o morir”.
Otros grupos locales, incluidos los que operan bajo nombres como Tepalcatepec o Pueblos Unidos, continúan fragmentándose o aliándose para imponerse en la zona. En el municipio de Uruapan, al menos tres células criminales compiten por el control del narcomenudeo, extorsión, transporte y actividades violentas.
Impacto directo a la población y economía
Los habitantes y comerciantes viven bajo constante amenaza, con familias atrapadas en medio del conflicto y economías formales atrapadas por la extorsión sistemática. La ciudadanía enfrenta un escenario donde la violencia puede estallar en cualquier momento, incluso en festividades tradicionales.
“El asesinato del edil Carlos Alberto Manzo es un reflejo brutal del control que tienen estos grupos y la falta de capacidad del Estado para contenerlos,” indican fuentes locales.
¿Qué sigue para Uruapan y Michoacán?
Las autoridades estatales y federales enfrentan el reto de restablecer la seguridad en una región que se ha convertido en centro neurálgico del narcotráfico y la violencia extendida. En los próximos días se esperan acciones coordinadas para contener las células criminales y evitar más derramamiento de sangre.
Mientras tanto, la población de Uruapan se encuentra en alerta máxima, con miedo a que nuevos ataques afecten a la comunidad en cualquier momento. La situación exige respuestas urgentes para proteger vidas y frenar la escalada de violencia que amenaza la estabilidad social y económica de Michoacán.































































