Más de 2,000 extrabajadores de la industria nuclear en Estados Unidos, como Steve Hicks, de 70 años, enfrentan graves problemas de salud y la incertidumbre de no recibir compensaciones gubernamentales tras los recortes implementados durante la administración de Donald Trump.
Hicks, quien ha sufrido múltiples tipos de cáncer y otras enfermedades relacionadas con su exposición a la radiación en la planta nuclear Y-12, recuerda con dolor: “Cargaba uranio enriquecido sobre mi pecho, con mis brazos, sin apenas protección”. Su historia refleja la realidad de más de 700,000 trabajadores que han estado expuestos a riesgos en instalaciones nucleares desde la Guerra Fría.
Compensaciones paralizadas
El Gobierno estadounidense creó un programa de compensación que ha otorgado más de 25 mil millones de dólares a trabajadores afectados, ofreciendo pagos únicos de hasta 150,000 dólares y cobertura médica completa. Sin embargo, la situación se ha complicado debido a los recortes presupuestales que han paralizado la revisión de más de 2,000 solicitudes de compensación. “Muchos no pueden costear sus tratamientos médicos sin esas compensaciones”, advierte la abogada de los afectados.
La Advisory Board on Radiation and Worker Health, que asesora al Departamento de Salud y determina si una enfermedad está relacionada con la exposición a la radiación, ha estado inactiva desde diciembre de 2024. Esto se debe a los recortes en el gobierno federal y a la simplificación de procesos propuesta por Trump, lo que ha dejado a muchos en una situación desesperada.
El futuro de las compensaciones en la incertidumbre
Hicks, quien ha dedicado 34 años a trabajar como mecánico nuclear, busca que su tipo de cáncer sea incluido en la lista de enfermedades compensadas por el Gobierno. Sin embargo, el proceso para agregar una nueva enfermedad es largo y complicado, y a pesar de sus intentos de contactar a políticos y la Casa Blanca, no ha recibido respuesta.
“Trabajé ahí y gané bien, pero no estoy feliz de estar tan enfermo”, expresa Hicks, que aún muestra un cartel pro-Trump en su porche. La incertidumbre crece, ya que si Trump no renueva la orden ejecutiva que respalda el programa de compensación, la Junta encargada de aprobar las reclamaciones podría disolverse el próximo mes, dejando a miles de trabajadores sin apoyo.
La situación es crítica. Según un portavoz de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las reuniones de la Junta están pausadas debido a requisitos administrativos pendientes. Brad Clawson, un exempleado nuclear del Idaho National Lab, resalta que “la suspensión de la Junta detiene efectivamente todo el proceso de compensación, dejando a muchos sin la cobertura médica y el reconocimiento que desesperadamente necesitan”.
La fecha de expiración del programa está fijada para septiembre de 2025, y si no se renueva, miles de exempleados perderán la oportunidad de recibir asistencia médica y económica, lo que podría significar un futuro aún más incierto para aquellos que han dedicado su vida a la industria nuclear.