El 15 de octubre de 2023, la tragedia golpeó a la comunidad de Trebaseleghe, Italia, con la muerte de Martín Pattaro, un adolescente de 15 años, quien perdió la vida tras ser atropellado mientras circulaba en bicicleta por un carril bici en Ostiglia.
Accidente fatal en un instante
El accidente ocurrió alrededor de las 17:00 horas, cuando Martín, hijo único y conocido por su energía inagotable, se disponía a cruzar un paso peatonal. A pesar de realizar una verificación visual, no logró evitar la colisión con un Ford conducido por un hombre de 31 años de Piombino Dese. El impacto fue devastador: el parabrisas se rompió, la bicicleta quedó hecha añicos y el cuerpo de Martín yacía en la carretera.
Los servicios de emergencia llegaron poco después, pero solo pudieron certificar su fallecimiento. La policía local, tras investigar el accidente, determinó que el conductor estaba sobrio y no excedía los límites de velocidad, concluyendo que se trató de una fatalidad. “Habría bastado solo un segundo para salvar la vida de Martín”, señalaron los agentes.
Una despedida conmovedora
En lugar de buscar culpables, la familia de Martín optó por un enfoque sereno. Su madre, Fabrizia, expresó el profundo estado de shock en el que se encontraban: “No le guardamos rencor. Estas son cosas que pueden pasarle a cualquiera”. Ella recordó que su hijo solía recorrer ese camino con frecuencia, lo que pudo haberle hecho confiarse en su seguridad.
El funeral, celebrado en la iglesia de Trebaseleghe, reunió a cerca de mil personas. Durante la ceremonia, amigos y familiares compartieron recuerdos conmovedores de su vida. Su novia, visiblemente afectada, se despidió con lágrimas: “Eres un ángel que no dejará de sonreír. No sé cómo ha podido suceder todo esto”. Las palabras de sus compañeros de clase reflejaron su generosidad y amor por los demás: “Martín siempre pensaba en todos, poniéndose a sí mismo en segundo lugar”.
El homenaje final fue encabezado por su padre, Alessandro, quien organizó un desfile de coches en honor a su hijo. Los motores rugieron en señal de despedida mientras amigos y asistentes elevaban globos al cielo. Un cartel resumía el sentir colectivo: “Adiós, Martín, enseña a los ángeles a bailar”.
La investigación policial sigue en curso, mientras la comunidad de Loreggia y Trebaseleghe intenta asimilar la ausencia de un joven cuya presencia activa y carismática dejó una huella imborrable en todos los que lo conocieron.