La Reserva Federal de Estados Unidos se prepara para un recorte en las tasas de interés el 17 de septiembre, una medida que el mercado anticipa como el inicio de una serie de reducciones que impulsarán la economía estadounidense durante el resto del año. Esta decisión llega en un contexto de presiones políticas intensas sobre los banqueros centrales, donde el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha mostrado su apoyo a un cambio hacia la flexibilización monetaria durante el simposio anual de Jackson Hole en agosto.
A pesar de la creciente inflación, impulsada en parte por los aranceles impuestos por Donald Trump, la Fed se enfrenta al desafío de mantener su credibilidad en la lucha contra la inflación. Los analistas del Financial Times señalan que, aunque se espera un recorte inicial de un cuarto de punto porcentual, la atención de la Fed estará en los riesgos asociados a la inflación y el empleo a lo largo del año.
Inflación y empleo: un delicado equilibrio
Recientemente, el informe de empleo mostró un crecimiento muy por debajo de las expectativas, con apenas 22 mil puestos de trabajo creados en agosto, lo que ha llevado a una revisión a la baja de las cifras anteriores. Aunque la tasa de desempleo ha aumentado ligeramente de 4.2% a 4.3% en el último año, el mercado laboral se mantiene relativamente estable. Esto proporciona a la Fed un margen para considerar recortes en las tasas de interés.
Sin embargo, la inflación sigue siendo un motivo de preocupación. En agosto, el índice de precios al consumidor (IPC) general subió a 2.9%, muy por encima del objetivo del 2% fijado por la Fed. Además, el indicador de inflación subyacente alcanzó 3%, lo que refuerza la idea de que la lucha contra la inflación aún no ha terminado.
Los ecos de Jackson Hole y las decisiones futuras
Durante su discurso en Jackson Hole, Powell abordó el reto de la estanflación, señalando que los riesgos para la inflación están al alza mientras que los del empleo están a la baja. Esta tensión se refleja en los recientes datos de empleo y en la percepción de los responsables de la Fed. Aunque algunos, como Alberto Musalem, presidente de la Fed de San Luis, han expresado preocupaciones sobre el débil crecimiento del empleo, otros como John Williams, presidente de la Fed de Nueva York, han indicado que podría haber justificación para nuevos recortes en las tasas.
La reciente revisión de opiniones entre analistas también sugiere un cambio de paradigma. Algunos, que inicialmente no esperaban recortes en 2025, ahora anticipan al menos dos reducciones en este año si la Fed decide bajar las tasas. Bank of America ha señalado que la estanflación podría alterar las perspectivas políticas de la Fed, que parece más preocupada por la inflación que por el mercado laboral.
En resumen, aunque la Fed se prepara para recortes en las tasas, el camino hacia la estabilidad económica en Estados Unidos estará marcado por un delicado equilibrio entre inflaciones crecientes y un mercado laboral que, aunque estable, muestra signos de debilidad.
