Más de 100 mil personas se manifestaron este sábado en Londres en apoyo a la ultraderecha, convocados por el activista Tommy Robinson, quien clamó por la “libertad de expresión” y pidió la dimisión del primer ministro Keir Starmer. La marcha se produjo en un clima de creciente tensión por las protestas antimigrantes que han marcado el verano boreal en el Reino Unido.
Un océano de banderas y consignas
La protesta, que reunió a aproximadamente 110 mil personas según la policía de la capital, estuvo caracterizada por un mar de Union Jacks y lemas en contra de la inmigración, así como por la promesa de Robinson de que “la mayoría silenciosa dejará de ser silenciosa”. Aseguró que este evento marca el inicio de una “revolución cultural” en el país.
Imágenes aéreas mostraron una multitud que ocupó las calles centrales de Londres, mientras que más de mil agentes de seguridad fueron desplegados para mantener el orden. Durante la manifestación, nueve personas fueron detenidas por comportamiento violento, lanzando botellas y bengalas a las fuerzas de seguridad.
Voces de la extrema derecha
Entre los asistentes se encontraban figuras de la extrema derecha, como Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, quien también se unió a la protesta. Un participante de 28 años, identificado como Ritchie, llegó desde Bristol y describió la llegada de migrantes indocumentados al Reino Unido como una “invasión”.
Por otro lado, Mary Williams asistió con una imagen de Charlie Kirk, un influyente conservador estadounidense, cuyo reciente asesinato en EE. UU. la motivó a participar en la marcha. La conexión de Robinson con Kirk ha sido prominente en sus redes sociales, lo que añade una capa más a la ya polarizada atmósfera política.
En contraste, la organización Stand Up To Racism UK convocó una contramanifestación que, aunque de menor afluencia, reunió a quienes defienden la diversidad y los derechos de los solicitantes de asilo. Diane Abbott, una de las participantes, enfatizó en una entrevista que es crucial oponerse al fascismo y apoyar a quienes buscan refugio en el país.
El impacto de esta manifestación subraya las divisiones crecientes en la sociedad británica, donde las tensiones sobre la inmigración y la identidad cultural se han intensificado en los últimos años. Tommy Robinson, cuyo verdadero nombre es Stephen Yaxley-Lennon, ha sido una figura controvertida, conocido por su postura antiinmigración y antiislam, con múltiples condenas por alteración del orden público.
Este evento no solo refleja un momento crucial en la política británica, también plantea interrogantes sobre el futuro de la inmigración y la convivencia en un Reino Unido cada vez más polarizado.