El Gobierno argelino ha convocado al encargado de negocios de Francia en Argelia por lo que califica como un “chantaje” político, luego de que el país europeo anunciara una reducción de su personal diplomático y advirtiera sobre posibles consecuencias en la tramitación de visados.
Tensiones diplomáticas entre Argelia y Francia
Desde hace meses, las relaciones entre ambos países se han visto marcadas por constantes reproches. La situación se ha agravado principalmente debido al reconocimiento por parte de Francia de la soberanía marroquí en el Sahara Occidental, así como por la detención en Argelia de los ciudadanos Boualem Sansal y Christophe Gleizes, lo que ha llevado a la ruptura de varios acuerdos diplomáticos.
La Embajada francesa en Argelia ha declarado que a partir del 1 de septiembre de 2023 se implementará una “reducción significativa” del personal, tanto en la legación diplomática principal como en los consulados de Argel, Orán y Annaba, que perderán un tercio de sus empleados. Este recorte, según el comunicado, se debe a que las autoridades argelinas no han concedido las acreditaciones solicitadas para el personal de relevo.
Impacto en la tramitación de visados
La embajada ha apuntado que esta “degradación” de las relaciones afectará la capacidad logística para atender futuras solicitudes de visados. La prioridad, enfatizan, será atender a los ciudadanos franceses y a aquellos que soliciten viajar por motivos de estudio o renovar permisos vigentes.
Para el Gobierno de Argelia, este aviso es “inaceptable”, tanto en forma como en fondo. Así lo expresó al trasladar su malestar al encargado de negocios francés, quien actualmente representa a Francia en el país magrebí. Resulta curioso que Argelia sea señalada como la única responsable de esta crisis, cuando, según el Gobierno argelino, Francia lleva más de dos años demorando las acreditaciones, tal como informa la agencia de noticias oficial APS.
El Ministerio de Exteriores argelino lamentó que el “chantaje con los visados” continúe por parte del Gobierno francés, recordando que la primera fase de estos intentos de presión ya resultó en la ruptura de un acuerdo bilateral de 2013 sobre la exención recíproca de visados para el personal diplomático. “Hoy, las autoridades francesas inician una segunda fase relativa a los pasaportes ordinarios”, advirtió, aunque sin detallar las posibles consecuencias de esta nueva etapa.
