Un robo audaz tuvo lugar en el Museo del Louvre el domingo por la mañana, donde un grupo de ladrones sustrajo un conjunto de joyas de un valor patrimonial e histórico incalculable. Según lo informado por los ministros franceses del Interior, Laurent Núñez, y de Cultura, Rachida Dati, el incidente fue llevado a cabo en apenas siete minutos por un comando compuesto por tres o cuatro individuos considerados “profesionales”. Sin embargo, durante su escape, los ladrones perdieron parte del botín.
El robo ocurrió a las 09:30, poco después de la apertura del museo, lo que resultó en el cierre excepcional del Louvre durante todo el día, afectando a miles de turistas. Los delincuentes accedieron al museo por el flanco sur, utilizando dos motocicletas y un camión equipado con un montacargas, similar a aquellos utilizados en mudanzas. Este vehículo les permitió llegar al primer piso, específicamente a la galería Apolo, donde dos de ellos rompieron el cristal de una ventana con un disco de corte.
Los ladrones que ingresaron a la galería estaban vestidos como obreros, portando chalecos amarillos. Una vez dentro, se dirigieron a las vitrinas que contenían joyas de la colección de Napoleón y la corona francesa, llevándose un número de piezas que las autoridades aún no han precisado oficialmente, aunque diversas fuentes han estimado entre cinco y diez. Núñez resaltó el valor incalculable de estas joyas y expresó su confianza en que pronto se logre la captura de los responsables y la recuperación de los objetos robados.
Por su parte, Dati destacó que la operación se llevó a cabo sin violencia, lo que evitó heridos, y alabó la evacuación de los visitantes del museo, realizada con profesionalidad por parte del personal. Imágenes tomadas por testigos en la galería muestran a los ladrones forzando las vitrinas.
En su apresurada huida, los delincuentes dejaron atrás parte del equipo que utilizaron, además de perder al menos una joya significativa: la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Esta corona, que cuenta con mil 354 diamantes y 56 esmeraldas, fue diseñada para la emperatriz para la Exposición Universal de 1855 y fue vendida por el Estado francés en 1885 tras el cambio de régimen. Solo regresó a su propiedad más de un siglo después gracias a una donación.
La Fiscalía de París se ha hecho cargo de la investigación, abriendo un procedimiento por robo en banda organizada y asociación de malhechores. Entre las joyas robadas también se encontraban una segunda corona, un broche y unos pendientes. El senador comunista Ian Brossat criticó al Gobierno por ignorar las advertencias de los empleados del Louvre, quienes el pasado 16 de junio realizaron una huelga sorpresiva para alertar sobre la falta de personal, especialmente en el área de seguridad. Brossat señaló que en los últimos cinco años, la plantilla del museo se ha reducido en 200 personas.
Dati recordó que Francia posee un patrimonio histórico de gran valor, lo que convierte a sus museos en objetivos para los delincuentes, un problema que ha existido durante mucho tiempo. El Louvre había solicitado una auditoría de seguridad a la Prefectura de Policía. Este es el primer robo significativo en el museo desde 1998, cuando un cuadro del pintor francés Camille Corot fue sustraído y nunca se recuperó. Sin embargo, uno de los robos más famosos fue el de “La Gioconda” en 1911, perpetrado por un obrero italiano, Vincenzo Peruggia, quien fue capturado y el cuadro regresó a su lugar en 2013.