La Fiscalía confirma que el bebé arrojado a un contenedor en Porto Cristo nació vivo y falleció tras ser abandonado, informó hoy la fiscal durante la vista pública con jurado popular que inició esta semana en el caso que conmociona a la opinión pública.
En su exposición inicial, la representante del Ministerio Público detalló que la bebé llegó “caliente” al hospital, lo que comprueba que estaba viva al momento del parto, que ocurrió en un vehículo el pasado 3 de noviembre. La Fiscalía acusa a la madre y al tío del neonato por asesinato y a la tía por omisión del deber de socorro.
“A la bebé la mataron porque la tiraron al contenedor y la abandonaron”, declaró la fiscal, describiendo que los acusados tenían la intención de desaparecer la evidencia al saber que la criatura prematura no sobreviviría sin cuidados.
Según el Ministerio Público, la madre, que desconocía su embarazo hasta semanas antes, dio a luz de forma prematura en el vehículo donde viajaba con su hermana y su cuñado. Tras el parto, entregó el cuerpo del bebé al tío, quien se encargó de tirarlo al contenedor cercano para después huir.
La defensa de la madre aceptó que el acto fue “una barbaridad”, pero insistió en que ella no es una asesina y sostuvo durante el juicio que creía que la bebé nació muerta. El abogado añadió que existen inconsistencias en las declaraciones iniciales y que algunos médicos afirmaron que el estado del bebé era incompatible con la vida.
Por su parte, la defensa del tío, señalado como responsable de arrojar al bebé al contenedor, argumentó que él desconocía por completo el embarazo de su cuñada y aseguró que no podía imaginar que arrojó un “feto humano”. Esta línea contradice el informe de la Fiscalía que sostiene la viabilidad del bebé.
La abogada de la tía, acusada por omisión, dijo que no todo acto moralmente reprochable es delito y reforzó la idea de que no se puede socorrer a un muerto, manteniendo la tesis de que el bebé no nació con vida.
Durante esta primera sesión, testigos aportaron datos en contra de los acusados. La hermana de la madre recordó que esta llegó a su casa sangrando, vestida sólo con una camiseta sucia y sin ropa interior, afirmando que su hermana le dijo que había perdido al bebé. Una vecina observó al tío con una placenta que pensó era de un animal y alertó a emergencias tras ver una mujer llorando y gritando mientras tiraban algo al contenedor.
“A la bebé la mataron porque la tiraron al contenedor y la abandonaron”, destacó la fiscal en el informe inicial.
El Ministerio Público solicita la condena de prisión permanente revisable para la madre y el tío, mientras reclama una multa de 5,400 euros para la tía por omisión del deber de socorro. El desarrollo del juicio sigue este lunes con nuevas testimoniales y declaraciones.
El caso ha generado gran impacto por la brutalidad del hecho y la justicia avanza con el claro enfoque en esclarecer si el bebé pudo haberse salvado y quiénes son los responsables directos de su muerte.
Para México, un país donde la protección infantil sigue siendo tema prioritario, este caso recuerda la importancia de atención prenatal y la denuncia oportuna en partos complicados o prematuros bajo vigilancia médica.
La vista pública mantiene la atención nacional mientras se analizan los argumentos de defensa y Fiscalía en busca de justicia para el neonato y su familia.

































































