Un nuevo ladrillo desarrollado en Francia, elaborado con lino, ha sido diseñado para ofrecer un mejor aislamiento térmico y acústico, lo que podría revolucionar la construcción sostenible. Este material, conocido como Batilin, se destaca por su capacidad para disminuir el consumo de calefacción y mejorar el confort en los hogares.
El ladrillo se fabrica a partir de las agramizas de lino, que son la parte central del tallo normalmente desechada por la industria textil. En lugar de ser eliminadas, estas fibras se combinan con un aglutinante natural, como la cal hidráulica, resultando en un bloque ligero y resistente, fácil de manejar durante la construcción.
Una de las características más notables de Batilin es su huella de carbono negativa, ya que aprovecha residuos locales y contribuye a la absorción de dióxido de carbono. Este modelo de producción respalda la economía circular y fortalece la labor de los productores de lino en la región de Hauts-de-France, donde se origina este material.
El ladrillo cuenta con una conductividad térmica de 0,07 W/(mK), lo que lo coloca entre los aislantes naturales más eficientes. Esto permite que se mantenga el calor durante el invierno y retrasa la entrada de calor en el verano, garantizando un ambiente interior confortable durante todo el año.
Además de sus propiedades térmicas, Batilin también regula la humedad gracias a su permeabilidad al vapor de agua, mejorando así la calidad del aire interior y el bienestar de los habitantes. Su capacidad de aislamiento acústico reduce el ruido en el interior de las viviendas, lo que es especialmente beneficioso en entornos urbanos.
La versatilidad de este ladrillo le permite ser utilizado en muros exteriores, fachadas y tabiques interiores. Es compatible con una variedad de revestimientos y se adapta fácilmente a instalaciones de carpintería y sistemas eléctricos, lo que lo hace ideal para proyectos de rehabilitación y nuevas construcciones de hasta tres plantas.
Hasta ahora, Batilin ha sido probado en proyectos piloto en Lille y París. Según los resultados obtenidos, los hogares construidos con este sistema lograron un ahorro energético medio superior al 30%, lo que refuerza su viabilidad como alternativa sostenible a los materiales tradicionales.
Actualmente, Batilin se encuentra en una fase de evaluación por parte del Centre Scientifique et Technique du Bâtiment (CSTB), que está analizando su comportamiento en situaciones de incendio y otras características técnicas. La empresa detrás de este innovador ladrillo espera obtener la certificación oficial que le permita ampliar su uso en toda Francia y consolidar su expansión industrial.