Nuevos reportes confirman que la comunidad latina en Chicago vive un clima de miedo extremo, evitando asistir a la iglesia debido a las redadas antimigrantes ordenadas por el presidente Donald Trump. Francisco Arriaga, director musical de la Iglesia Católica San Pablo en el barrio de Pilsen, señala que “todos tienen miedo, no solo los indocumentados”. En las últimas semanas, la asistencia a la cena semanal ha caído drásticamente, con solo tres personas presentes en la última reunión, un cambio alarmante para una comunidad que normalmente se reúne en mayor número.
El concejal Byron Sigcho-Lopez advirtió sobre el impacto de la operación de control migratorio lanzada por el gobierno de Trump, la cual se ha sentido especialmente en el tránsito peatonal de Cermak Road, donde los negocios y restaurantes han visto una disminución en la afluencia de clientes. “Si la gente piensa que esto se detendrá con la comunidad inmigrante, permitirán que el régimen de Trump normalice esto”, afirma Sigcho-Lopez, resaltando que la preocupación persiste a pesar de que las detenciones de ICE no han sido masivas hasta el momento.
La población de Chicago, que supera los 2.7 millones de habitantes, incluye a más de 800,000 que se identifican como hispanos o latinos, de los cuales se estima que unas 150,000 personas se encuentran en situación migratoria irregular. Eric y Jessie Ruiz, hermanos residentes en Pilsen, expresan su temor constante de ser arrestados a pesar de ser ciudadanos estadounidenses. “Me preocupa mi padre, que tiene más de 70 años”, dice Eric.
La situación ha llevado a muchos a manifestarse, como lo hizo Vanessa Escobar, una estudiante de 18 años de la Universidad Roosevelt, quien participó en una protesta contra ICE en el centro de Chicago. “Lo que Trump ha estado haciendo es aterrador”, comentó, reflejando los sentimientos de muchos en la comunidad que se sienten vulnerables y atrapados.
A pesar del miedo, la Iglesia Católica San Pablo planea celebrar el Día de la Independencia de México la próxima semana, esperando atraer a un nuevo público en señal de solidaridad. Arriaga cree que podría haber un aumento en la asistencia de personas no latinas, lo que podría ofrecer un rayo de esperanza en medio de la tensión.
Mientras tanto, los expertos advierten que la violencia política puede intensificarse si la situación continúa. Robert Pape, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Chicago, enfatiza la importancia de que la comunidad mantenga un mensaje de no violencia. La atmósfera en Chicago, marcada por el temor y la incertidumbre, continúa evolucionando, y la comunidad latina se aferra a la esperanza de que la solidaridad y la resistencia prevalezcan en estos tiempos difíciles.
