En un hecho sorprendente, un gran número de medusas ha logrado interrumpir la operación de una central nuclear. Esto ocurrió en agosto en la central de Gravelines, ubicada en la costa norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica. Los administradores de la planta decidieron detener varios de sus reactores debido a la gran cantidad de una especie de medusa que, según ellos, podría impactar negativamente en la instalación.
La proliferación de medusas luna asiáticas, una especie invasora originaria del Océano Pacífico, se ha intensificado en las costas de Gravelines, específicamente en los sistemas de refrigeración de la planta, que son esenciales para mantener la temperatura adecuada en los reactores. Esta acumulación de medusas afectó los filtros de agua utilizados para el enfriamiento, lo que llevó a los responsables de la planta a tomar medidas drásticas.
Como resultado, se detuvieron cuatro de los seis reactores de la central. Según informó EDF, la empresa propietaria, tres reactores fueron apagados de inmediato al confirmarse la presencia de las medusas, mientras que el cuarto se apagó al día siguiente como una medida de precaución. Dado que los otros dos reactores ya estaban fuera de servicio por mantenimiento, la planta quedó completamente inactiva durante dos días.
En un comunicado, la empresa aseguró que en ningún momento se comprometió la seguridad de la planta ni de sus empleados. Para reanudar las operaciones normales, los trabajadores debieron limpiar los filtros de refrigeración, retirando manualmente las medusas que se habían atascado en ellos. Aunque los responsables de la planta de Gravelines afirmaron que estos organismos no pueden causar un fallo técnico a gran escala, reconocieron que sí representan un riesgo para el suministro eléctrico a los consumidores.
La central de Gravelines es la más grande de Francia, con seis reactores de agua presurizada que generan 900 MWe cada uno. Durante 2024, la planta produjo 32,71 TWh de electricidad, lo que representa entre el 60% y el 70% del consumo eléctrico anual en la parte norte de Francia. Este incidente subraya cómo el aumento de la temperatura del agua, asociado al calentamiento global, está favoreciendo la expansión de estas especies invasoras a lo largo de la costa del país. Con temperaturas más altas, las medusas encuentran condiciones óptimas para una reproducción acelerada.
Investigaciones recientes publicadas en la revista Marine Biology indican que, en la última década, la biomasa de medusas ha seguido en aumento en el Atlántico, lo que incrementa la probabilidad de que se produzcan situaciones como esta en el futuro.
































































