Una historia de esfuerzo, perseverancia y vínculo familiar acaba de conmover a cientos de estudiantes en la Universidad de Buenos Aires. Tomás Cazalá, profesor de la materia Marketing Digital, reveló el último día de clases que una alumna destacada y comprometida que había tenido durante el semestre era en realidad su propia madre, Gabriela Gamen.
Este inesperado anuncio rompió el silencio en un aula llena de más de un centenar de estudiantes y desató una emotiva reacción con aplausos y lágrimas. “Ella es mi mamá y fue mi alumna; y yo fui su docente”, dijo con la voz entrecortada Tomás mientras abrazaba a Gabriela, en un momento que fue capturado en video y se hizo viral recientemente en TikTok e Instagram.
Una alumna “como cualquier otra”
Gabriela, a sus 62 años y licenciada en Sistemas, decidió inscribirse como oyente en la materia de Marketing Digital, no para obtener un título sino por su genuino interés en aprender. Aunque su hijo, Tomás, la advirtió que tendría que cumplir con los mismos requisitos que todos los alumnos – rendir parciales, asistir a clases y exponer el trabajo final –, Gabriela aceptó este desafío sin excepciones.
Durante todo el semestre, Gabriela se mantuvo dedicada y pudo estudiar sin levantar sospechas, ya que ni Tomás ni sus ayudantes revelaron la relación. “No le dije a mis ayudantes quién era ella, la traté como una estudiante más”, afirmó el profesor adjunto interino que hace tres años impulsa esta materia en la Facultad de Ciencias Económicas.
El compromiso fue total: estudió cada tema, participó activamente y trabajó en equipo. Incluso para no ser reconocida, Gabriela decidía bajarse una cuadra antes de llegar al campus y llegar caminando. Esta experiencia no solo fortaleció sus conocimientos, sino también el vínculo con su hijo. “Compartir el aula y el viaje desde Zona Norte hasta la universidad nos ayudó a conectar de otra manera”, expresó Tomás.
Una historia que inspira en la UBA y más allá
Tomás tiene 29 años y comenzó a dar clases a los 21, desde ayudantías hasta impulsar su propia materia de Marketing Digital. Desde el inicio de la pandemia, cuando las clases se volvieron virtuales, Gabriela empezó a interesarse seriamente en la materia y a conversarlo con su hijo en casa.
“Me sorprendió su perseverancia y curiosidad, fue una alumna ejemplar”, concluyó Tomás, emocionado y orgulloso de que su madre mantuviera el interés y la constancia a pesar de lo complejo que implicaba enfrentarse a sus exámenes y exponer frente a cientos de estudiantes.
La historia se ha viralizado rápidamente, generando millones de reproducciones y reacciones en redes sociales, donde usuarios destacan la fuerza del aprendizaje intergeneracional y el ejemplo de superación personal a cualquier edad.
Qué sigue para Gabriela y Tomás
Gabriela no planea detenerse y su hijo espera que, a sus 62 años, siga con el mismo ánimo para seguir aprendiendo. Mientras tanto, Tomás seguirá en la UBA impulsando esta materia que ya formó a cientos de alumnos por cuatrimestre, con una historia inédita que muestra que el aula puede ser también un espacio para emocionar y conectar profundamente.
Esta experiencia nos recuerda el valor del aprendizaje constante, la perseverancia y cómo la educación puede unir generaciones y transformar vida cotidianas desde el aula hasta las redes sociales.
